Oh Dios, Uno y Trino, que desde su trono de la misericordia, a su vez su mirada sobre nosotros, y que los llamó a seguir Francisco II de Borbón, al elegirlo rey en la tierra, el modelado de su vida en la misma realeza de Jesucristo crucificado y resucitado, inculcando en sus sentimientos del corazón del amor y la paciencia, la humildad y la mansedumbre, la paz y el perdón, él la ropa de las virtudes de fe, esperanza y caridad, ten piedad de nosotros y nos ayude a caminar en sus pasos y vivir las virtudes .


Glorificamos, por favor, en la planta, ya que creemos que ya es glorificado en el cielo, y aceptamos que a su oración, podemos recibir las gracias que necesitamos. Amén.

 

PADRE NUESTRO, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre,

Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras deudas,
como también tenemos rimettiam nuestros deudores, y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos del mal. Amén.

 

DIOS TE SALVE MARIA, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre las mujeres,

y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora
y en la hora de nuestra muerte. Amén.

 

 

GLORIA AL PADRE y al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

 


De conformidad con los decretos del Papa Urbano VIII, declaramos que en ninguna manera a prevenir el juicio de la autoridad eclesiástica, y que esta oración no existe para el culto público